¿Qué deja un poeta… cuando muere? A Mario Benedetti. ¿Qué deja un poeta… cuando muere? Su palabra. Y la fidelidad de aquellos, crédulos de la palabra misma, que la evocan, la conservan, la restauran, la limpian del polvo de los días, la pulen de las posibles manchas del olvido. La refrescan, la recitan, la recrean, la reinventan. ¿Qué deja un poeta al despedirse por vez última? Su lenguaje. Ese lenguaje de los otros hecho de sus palabras mismas, de las palabras que del corazón, van a su voz a algún papel y de ahí a la memoria. Que se vuelve canto luego, plegaria colectiva, grito o risa contagiosa, himno que viaja por los vientos, de aquí para allá, por doquier, como estandarte de la soledad y de las multitudes. ¿Qué deja un poeta, cuando se marcha para siempre? Su sentir. Y el vaivén de ese sentir sobre los otros, como olas que nos mecen, a veces tormentosas, a veces calmas, a veces misteriosamente quietas, en este mar de cosas imprevistas por donde caminamos para luego despedirnos…sor
"Escribir, es poner en orden lo disperso" Carlos Fuentes