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Mostrando entradas de enero, 2013

De una ofrenda de Bach

De una ofrenda de Bach. (Publicada en Contrapunto, El Salvador.) Carlos Fuentes nos decía: la novela no es un género, es un espacio donde convergen todos los géneros. Y al acercarse a la gran novela descubrimos y re-descubrimos esa verdad maravillosa, que lleva consigo que la novela sea también, reveladora, es decir, permita permanentes descubrimientos. Pero tal vez, esta revelación sea un regalo tan solo de la re-lectura. Re-leer sería abrir la puerta que dejamos entreabierta la primera vez, cuando no nos atrevimos a pasar dentro, y apreciar lo que no estábamos preparados para ver.  Gracias a la novela, quizás, entramos sin darnos cuenta no solo  a esas  cronologías y descripciones de las variadísimas formas  de la cultura de los pueblos; a las tortuosas preguntas e inquietudes del ensayo y de la filosofía; a las divagaciones impresionantes de seres que habitan los universos literarios, que se vuelven modelos, paradigmas o rasgos universales del carácter humano

El jardín perfumado

El jardín perfumado. Hay riquezas que en su sencillez, pasan desapercibidas. Nos acompañan, tan solo a la espera de un breve comentario, una ligera mirada de reojo o una simple interjección. Como parte de nuestra vida cotidiana, las especias, parecen esencias fútiles en un mundo que adora el brillo, el ruido y la pesadez. Se dice que en el siglo XVI, al valor moral de una persona se le comparaba metafóricamente con el valor ¡de un saco de pimienta. ! Y las Cruzadas, el descubrimiento de nuestro continente, como la vuelta al mundo que realizó por vez primera Fernando de Magallanes, escondían a su seno la ambición por alcanzar  el lejano Oriente, es decir, la fuente misma de las raras especias. Hoy observo un pimentero de alguna mesa, y me parece increíble que hace 500 años, se haya matado por un pu ñado de sus granos ; se hayan urdido y ejecutado guerras por la posesión de la canela, la nuez moscada, el clavo, la mostaza.  Su valor, era para los comerciantes venecian