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Mostrando entradas de septiembre, 2012

Jorge González: el mito mágico

Jorge González: el mito Mágico Hay personas que resisten una simple biografia,   una descripcion vana, una gruesa rese ña, y   que ameritan la justicia de un estudio si no minucioso, al menos, tomando en consideración su específica circunstancia social e historica, que permita así, sobretodo, empezar a comprender la grandeza o la miseria, el significado o la intrascendencia, el legado o el olvido,   de esa vida que en esa biografía se manifiesta. La historia de Jorge González Barillas, el “Mágico”, es una de esas vidas humanas que enredadas siempre en el rumor, la leyenda, la estridente euforia, el ciego fanatismo, la emoción espontánea de la multitud, el nacionalismo banal o la rigidez del pensamiento, propicia y seguirá propiciando múltiples valoraciones y juicios, muchas de ellas, tan superficiales como equivocadas; otros, colocando su figura dentro del Olimpo imaginario de los seres que transitan a capricho entre lo divino y lo terreno. Solo uno cosa es abso

El viaje del elefante

El viaje del elefante. La historia de Salomón – que así se llama el elefante - en su viaje de Lisboa a Viena a principios del siglo XVI, podría no interesar a muchos. El periplo inusitado de este animal, como un obsequio curioso del rey de Portugal al Archiduque Maximiliano de Austria, convertido en cuento, más pareciera un paréntesis de holgura literaria en la seria elaboración novelística de quien fuera en su día el premio Nobel de literatura: José Saramago, el ateo más querido de los cielos, como una vez le hube de llamar, con cristiana esperanza, a breves horas de su muerte. La novela o quizá, el cuento largo que es en si El viaje del elefante, no hace otra cosa que confirmar que para el gran escritor, no hay tema que no pueda elevarse a la altura de una gran literatura, y como alguien dijo una vez, no es lo que se escribe sino, el cómo se escribe, lo esencial del genuino arte de escribir. Saramago cuenta esta historia de una manara tal, que hace de lo narrado y lo leí