Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio, 2011

La esperanza de un país

La esperanza de un país. No entiendo el trabajo de un maestro, ajeno a la utopía, al sueño, al deseo de un mundo mejor, vivible, justo. Por esa razón, toda persona con esa vocación es al final de cuentas, como educadora o educador, un/a humanista. Y es que –como dice el gran Stefan Zweig en su libro sobre Erasmo de Rotterdam-: “Humanista puede llegar a serlo todo aquel [y aquella] que sienta aspiraciones hacia la educación y la cultura; todo ser humano [ ], tiene acceso a esta libre comunidad… “. Pero las personas partícipes de ese egregio grupo tiene frente a sí, no solo el orgullo de su pertenencia, sino – en el caso de El Salvador- la inmensa responsabilidad de su trabajo cotidiano: el trato esperanzador con la niñez y la juventud en un país casi desesperanzado. Este es un reto que excede las posibilidades individuales y exige las complementariedades más diversas de la familia, la comunidad, el municipio, el Estado. Pero exige sobre todo…creer en la educación, es d

Borges y el cuento de los dos hombres que sueñan… un mismo sueño.

Borges y el cuento de los dos hombres que sueñan… un mismo sueño. Un día 13 de junio muere Borges en Ginebra. Ya se cumplen 25 años de su marcha…En la ciudad más cosmopolita de Suiza, ha de esperar la muerte aquel autor que fue capaz de reunir el universo de las culturas y las ideas en la brevedad de sus cuentos y ensayos; en la lúcida profundidad de su poesía. Borge, como todos sabemos, se enorgullecía más de sus lecturas que de sus libros escritos. Y vivió incansablemente en su tarea de –no solo escribir- sino conocer, conocer los mitos y los lenguajes. Se dedicó por ejemplo, al estudio de los orígenes de la lengua inglesa: estudió el escandinavo, viajó a Islandia y pudo llegar a conocer más que ningún otro escritor de lengua española, el antiquísimo idioma inglés. Su lápida, está escrito en esa lengua en su forma antigua. Murió haciendo literatura. Murió, el mismo, preso de las sorpresas del laberinto del destino; murió, juntando con sus actos, las orillas de una ma

Un encuentro con Kundera

Un encuentro con Kundera Leer, escribir y comentar parece ser un proceso que para el escritor o la escritora, es siempre una tarea de creación constante. Esa persona que escribe y lee, recrea quizás esa lectura desde una posición distinta al lector común. Y esa re-creación de la lectura se expresa tanto en su escritura, como en su reseña de la obra ajena, en su comentario de un oficio que bien conoce. Probablemente sea cierto que el escritor o la escritora, lee escribiendo y escribe leyendo, pero no es menos cierto que al pensar en la obra ajena, al comentarla, pasa de la lectura y la re-lectura, a una nueva literatura nunca menos bella o efímera: al artículo o al ensayo literario. Y muchas veces, en esa re-lectura inacabada -que por un momento se detiene en ese artículo o en ese ensayo-, se atisba un camino, se descubre una tendencia, se devela una verdad, hasta entonces desconocida para todos. Hay dos antecedentes importantes de este tipo de literatura en Latinoamé