Viernes, 18 Junio 2010 SAN SALVADOR - Levantado del suelo, siempre me gustó ese titulo de uno de tus libros. Me hacía entender que somos, los humanos, como una semilla, que se yergue en tallo, que crece, que se esfuerza por buscar la luz nutricia- en medio de las plagas y tormentas-, por empaparse del agua misma de los cielos, en su lucha por convertirse en colorida flor y, si es posible, en semilla nueva. Levantado del suelo, como un libro, como un poema, cuya semilla habita en el corazón de ese o aquella que escribe, para florecer en las manos de otros hombres y mujeres, en una festiva polinización de los espíritus, como si la primavera encontrase – en las palabras de un poeta- una forma más perenne de ser entre las almas.Así, hoy te levantas de donde yaces -hombre y libro-, invisible, en calma, como gaviota azul en medio del océano, y nos llevas en tu vuelo hacia donde el horizonte no termina, hacia el lugar de las eternas esperanzas, hacia el ignoto espacio donde se halla, quizá, n
"Escribir, es poner en orden lo disperso" Carlos Fuentes