Vivimos cada dia en varios sitios. Trabajamos, descansamos, comemos, dormimos, amamos en varios sitios, pero cada uno necesitamos un lugar, para otros desconocido, donde poner todo junto; donde pensar lo hecho u olvidarlo, donde soñar y llorar, donde ser, sin quizás estar.
En medio de todo lo que abruma o nos mima, hay momentos de soledad necesarios para enriquecer lo que se vive y se tiene. Donde equilatar y decidir. Un rincón de uno que llevamos siempre, a cualquier hora.
Es parte de nosotros como la propia piel o la sombra:. íntimo - la palabra es muy amplia y ambigua-, personal- otra palabra confusa-, interior... - no me aclara lo que qiero expresar aún. Tal vez, consustancial, porque ese rincón somos nosotros mismos y tiene que ver con los que nos rodean y amamos, con los que nos circundan y odiamos; lo reflejamos en la cara y en el gesto; no es secreto , a veces es exterior y evidente en la mirada.
El resplandor de ese rincón se trasluce en nuestros actos y palabras.
Es un momento, un destello, un ataque, una huida. Es un secreto y una declaración; una rendición y una victoria. Una medicina y un vino.Un pan y un silencio.
Es lo que somos en soledad.
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