A los iconos de la historia de la verdad en El salvador. (En este mes de marzo, que les vio marcharse…) Tan fugaz y tan eterno es nuestro paso por la vida. Fugaz, si nos comparamos con las estrellas, con la vida de un volcán, o con uno de los tantos mares de la tierra. Eterno es nuestro paso como seres humanos, cuando más que medirse con el tiempo objetivo de las cosas, la vida se mide por la huella que las acciones, aquéllas, las más excelsas, dejan en la humanidad entera, en la memoria a veces cruel de los hombres y mujeres. Aparentemente, la verdad de las cosas humanas desaparece, como si con el correr del tiempo la realidad del mundo fuese sepultada -después de ser secuestrada y luego asesinada- por las manos de la maldad, que siempre dan la impresión de ser eternas y vencedoras. Pero la verdad siempre busca una rendija, un intersticio, por donde se escapa ya sea siendo voz, luz, espacio, canto, imagen, palabra o grito. Pues la verdad no deja de latir bajo el suelo lleno de guij
"Escribir, es poner en orden lo disperso" Carlos Fuentes