Los dos libros de Rulfo. Entré a la librería Gandhi que está al frente de El Palacio de Bellas Artes, sobre la concurrida avenida Juárez, de la Ciudad de México, con la excitación y la convicción de poder descubrir en sus estantes cualquier obra que me propusiera adquirir. No obstante, al finalizar de subir el sexto escalón que de la calle lleva a su entrada principal, supe que debía nada más, por el momento, recoger lo que me estaba esperando desde hacía décadas: las obras de Juan Rulfo. Le dije a la amable persona que me atendía que sólo deseaba los dos libros de Rulfo. Mientras luchaba por no sumergirme en ese océano de libros, y leía con fingido desinterés la contraportada de la única traducción al español de El fin del homo sovieticus , de Svetlana Aleksiévich, -hecha por esa sobresaliente editorial que es Acantilado-, las obras de Rulfo llegaban a mis manos. Sabiendo que volvería, pagué los seis dólares de costo de cada libro, corrí escaleras abajo bus
"Escribir, es poner en orden lo disperso" Carlos Fuentes