Hoy quiero darme un regalo, así, sin motivo, que contenga todos los dones que este mundo me ha ofrecido: La belleza, la bondad y la verdad de aquellas cosas que hasta hoy he ido encontrado en mi camino. Pondré primero en este cesto de fibras de maguey, el mecer acompasado del arrullo de mi infancia, el reencuentro cotidiano con mi madre al regreso de la escuela, y, la lluvia que cae sobre las tejas en la noche. Agregaré, las Odas más Elementales de Chile; o quizá, las tardes, la noche, las gentes y esa lluvia a cantaradas de los Cuentos de Barro del viejo Salarrué. …Y la melancólica mirada de aquellas golondrinas que miraba Adolfo Bécquer. Talvez incluiré, el sentimiento que nos deja el observar aquellas Manos de Dios que esculpió Rodin, o la tristeza poética de Rilke. Me regalaré esa pasión enardecida de Las Flores del Mal de Boudelaire; y también, la ternura de esos cuentos que escribió un hombre cuyo apellido era Wilde. Me regalaré sin olvidar, los ojos de Gala, pintados con tanto a
"Escribir, es poner en orden lo disperso" Carlos Fuentes