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Recuerdos de octubre



Recuerdo un patio, unos pinos.

Recuerdo eso que llaman jardín que nunca más tuve.

Recuerdo un cielo, un volcán, unas nubes, y pericos como niños en algarabiílla.

Recuerdo tardes infinitas, días largos como vidas, noches profundas. Dimensiones de las cosas que se pierden con la edad y las tristezas.

Recuerdo esperas largas  que terminaban felices. Dolores que cesaban.

Recuerdo no haber estado solo. Recuerdo  tardes siempre en compañía.

Recuerdo gentes en la calle. Sonrientes.

Recuerdo noches sin temor, sin sobresaltos.

Recuerdo un radio, una plancha: formas por entonces de la modernidad y el patrimonio.

Recuerdo leche con nata, pan dulce y café espeso.

Recuerdo el olor del ciprés y la varicela; del tomate y las paperas; de la canela y las fiebres; del limón y la gripe.

Recuerdo unas manos y una voz. Recuerdo lo que es el consuelo.

Recuerdo el sabor de la limonada,  del pan con miel. Recuerdo el sabor del huevo tibio.

Recuerdo el sabor del zapote, de las almendras.

Recuerdo un viento fuerte y delicioso. Recuerdo mi deseo de algún día, hacer lo que nunca hice: elevar una cometa.

Recuerdo la libertad de un niño que termina la escuela.

Recuerdo la nostalgia de algún amor negado.

Recuerdo.la tierra temblar. Un terremoto.

Recuerdo  el deseo de querer conocer el otoño.

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