Schubert: tiempo humano, arte divino. Un buen escritor es aquel, que enriquece la vida de un lector. Para ello, aquel escritor, tiene un instrumento: su lenguaje; que haciendo de sutil envoltura, hace de un tema, un regalo, mismo que recoge el lector, como un tesoro multiforme, para correr sigiloso a su morada interior, y en la soledad ponerlo frente a sí, y darse verdadera cuenta de lo que ha encontrado. A veces, ese curioso examinar y descubrimiento puede durar años, a veces, la vida entera. Pero, cuando la dicha sonríe, ese descubrir conlleva un momento, un feliz instante, un breve tiempo maravilloso que hace, que tras apreciar lo encontrado y quedar seducido, se abra una puerta por donde entrar a buscar nuevos prodigios, nuevos tesoros de sabiduría, belleza o bondad. Es que a veces lo encontrado es un espejo; otras, un caleidoscopio. Muchas veces es un lente, pero las más de las veces, sin duda, es una llave ligera y refulgente, que abre muchas puertas